El acné hormonal puede llegar a afectar hasta el 80% de las personas en algún momento de sus vidas.

El más habitual es el acné juvenil, debido a que los andrógenos (hormonas que tienen un pico en la adolescencia) estimulan la producción de sebo cutáneo, provocando la obstrucción de los conductos de las glándulas sebáceas y así la aparición de comedones que son el signo básico del acné y el punto de partida de la aparición de los tan poco queridos granos.

En ciertas ocasiones, los poros se infectan provocando brotes de acné quístico que aparecen debajo de la superficie de la piel a diferencia del acné común que es más superficial. Este tipo de acné tiene posibilidades más altas de dejar cicatrices al dañar el colágeno de las capas más profundas.

Aunque durante la adolescencia es más frecuente en chicos, la incidencia del acné hormonal en adultos es superior en mujeres. Esto es debido a que, en no raras ocasiones, el acné puede ser un indicador de un desajuste hormonal, por estrés o bien de un mal uso de los cosméticos habituales. En la mujer adulta, el acné acostumbra a ser notablemente inflamatorio y a presentarse en el mentón, de aquí que se lo conozca como acné hormonal en mentón.

¿Cómo combatir el acné hormonal?

El tratamiento para el acné hormonal va dirigido a impactar en los factores que lo ocasionan. Es por este motivo que es muy importante detectar el origen para prescribir el tratamiento más adecuado en cada paciente.

¿Cuáles son las soluciones?

1. Exceso de secreción de sebo: los retinoides, derivados de la vitamina A son los medicamento más efectivos para el acné, ya que inciden en la principal causa que genera el trastorno: la secreción de sebo.
2. Infección bacteriana: los acnés con componente inflamatorio (acné quístico) se benefician con la realización de tandas de antibióticos tópicos u orales. Se consigue una mejora muy rápida pero temporal de los granos.
3. Inflamación: los acnés con un componente inflamatorio se aconseja tratarlos con antinflamatorios tópicos como el peróxido de benzoil, indometacina o nicotinamida.
4. Exceso de andrógenos: aquellos acnés que dependen de un exceso de hormonas masculinas, requieren de un tratamiento hormonal, ya sea con anticonceptivos orales o bien con antiandrógenos orales.

El acné es un trastorno de la piel que puede llegar a afectar la autoestima de la persona que lo padece. Recomendamos iniciar el tratamiento con un dermatólogo especialista en este campo lo antes posible para evitar posibles complicaciones o secuelas.

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Dr. López Gil